sábado, 6 de noviembre de 2010

Diez Drabbles: II - De (-) conejos y (+) zanahorias

A petición de: Miia

Fandom: Organization XIII Rol

Personajes: Kerloxsand, Gilleux y ¿Conejo blanco?

De (-) conejos y (+) zanahorias

El eterno cielo negro de El Mundo Inexistente está encapotado. ¿Quién lo desencapotará? El incorpóreo que lo desencapote buen incorpóreo desencapotador será.

Estas palabras pensaba Gilleux desde la ventana de su habitación de El Castillo del Olvido, lo que denotaba su aburrimiento.

—Ojalá —pensaba— estuviera Leksi aquí conmigo.

Se ruborizó sólo de pensar en su amada Leksi, la humana.

Pero, sin previo aviso, apareció un conejo blanco con americana y reloj de bolsillo por la puerta, gritando:

—¡Que tarde es, qué tarde es! ¡Me voy, me voy, me voy! ¡Me cortará la cabeza!

Curioso, Gilleux corrió tras de él. Cualquier cosa era mejor que pensar absurdos trabalenguas que nunca existieron.

Varios pasillos corrió hasta toparse con una puerta que jamás había visto. La abrió sin dudarlo y en seguida se encontró en un extraño jardín de zanahorias.

—¿Qué mundo es este? ¿Bosque de los Cien Acres, tal vez? Parece la casa de Conejo... No el blanco, el otro —intentó corregirse—. Uff, me estoy haciendo la picha un lío.

—¡Picha! —sonó una voz detrás de él.

El incorpóreo dio la vuelta, pero no encontró más que zanahorias.

—¿Quién anda ahí?

—¡Una zanahoria! —dijo la voz.

Gilleux miró al suelo y se sorprendió aún más, pues quien había hablado había sido una zanahoria deforme. Espera, no era una zanahoria...

—¿Es eso una...?

—¡CHORRA! —gritó la voz.

Acto seguido, de la tierra salió un hombre pelirrojo completamente desnudo. Sí: la zanahoria era su péndulo genital. Gilleux no tardó en reconocer al hombre bajo las manchas de tierra húmeda.

—¿Kerloxsand? ¿Qué estás...? —Gilleux no pudo terminar su frase dado que estaba demasiado ocupado mirando aquel hipnótico péndulo—. ¿Cómo has llegado ahí?

—Contraté al conejo para que te trajera aquí a cambio de no cortarle la cabeza. Y ahora, SIENTE EL PODER DE LA CHORRA QUE NUNCA TUVO INTENCIÓN DE SER PERO QUE FUE DE TODAS FORMAS.

No hubo que repetírselo dos veces: en apenas cinco segundos, el joven incorpóreo se hallaba también desnudo.

—Eso sí que es rapidez —dijo Kerloxsand—. ¿Dónde has conseguido esa velocidad?

—Es el resultado de diecisiete años sin mojar.

—¿Qué edad tienes, chaval?

—Dieciséis, diecisiete, ¡¿a quién le importa?! ¡FOLLEMOS!

Gilleux se abalanzó hacia Kerloxsand con su metafórico sable en alto, y justo cuando iba a empezar a hacer cosas impuras con su superior... despertó.

—¡NOOO! ¡Joder, no! —Se levantó apresurado de su cama y miró su reloj de conejitos en la mesa, que señalaba las cinco de la mañana—. Jooo, sólo era un sueño.

Alguien tocó entonces en su puerta.

—Nº XXI, despierta. —Era la voz de Kerloxsand—. Tenemos una misión en El Bosque de los Cien Acres. Algo sobre unas zanahorias o por el estilo.

Con una nueva esperanza en el corazón, Gilleux se levantó y cambió su pijama de conejos por el uniforme de la Organización. Eso sí: sin calzoncillos, que estorbaban.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si todos los hombres dejaran de usar calzoncillos, se ahorrarían mucho tiempo, ¿no crees?

Hola, Leks. Me llamo crack y he venido a implantarme en tu cerebro porque te amo. (?)