Yo soy yo y mis consecuencias

Era el año 1991, primer año capicúa desde 1881. Qué pena que el 2002 le quitase el puesto. Puto 2002. ¡No nos diste nada! Creo.

Como decía, era el año 1991. Acababan de empezar los noventa, la mejor década en la que un niño podía vivir: las cadenas de televisión tenían dibujos animados como Doraemon por las mañanas y sitcoms entretenidas como Friends por la tarde. ¿Qué tenemos ahora? Saber Vivir y Sálvame Delux.

Nacer en los noventa es lo mejor que le puede pasar a alguien, ya que cuentas con todo lo bueno para los niños en tu infancia y luego llegan los dos mil, época de adolescentes por excelencia: el auge de Internet —lo cual facilita el acceso a pornografía sin gastar dinero ni espacio en revistas—, videojuegos, blogs, vlogs, matrimonios gays, etcétera. Me da un orgasmo sólo de imaginar lo que nos espera en los años diez.


El sexto día del mes de marzo nació un chico llamado Leks, que más tarde sería conocido como Amo Todopoderoso del Planeta Tierra y el sur de Marte Lord Sapphire.

¿Recordáis la peli de Benjamin Button? Era un niño que nacía viejo y cada vez se hacía más joven. Sí, yo también me pregunto bajo qué droga se concibió eso. Pero el tema es que mi caso es parecido, pero no físico, sino mental:

Con cinco años parecía un viejo de noventa —frases como «Los niños de mi clase son unos inmaduros» salían de mi boca a menudo— y ahora casi con veinte parezco un crío de doce.

¡Mírame! Estoy jodidamente bueno.
Ahora en serio, no soy un inmaduro: sólo me gusta disfrutar de mi juventud. Admito sin pudor que me encanta Pokémon, me disfrazo de cosas que a otros daría vergüenza ajena —bienvenidos a mi disfraz de Wallace Wells cocinando beicon sin pantalones—, grito como un poseso «¡OHDIOSMÍO, ERESUNZOMBI!» en mitad de la calle y La Bella y la Bestia sigue siendo mi película favorita desde que tenía un año.


El origen del nombre Lord Sapphire se remonta al veintiocho de junio del 2005, exactamente cuando ingreso en ese mundillo llamado FanFictionNet, aunque no es exactamente su inicio-inicio.

Cuando ingresé necesitaba un nombre y no se me ocurría nada. En un arrebato de GaryStuismo decidí poner mi diminutivo —que en la época era Álex y me parecía súperoriginal porque no conocía a ningún otro Alejandro... todavía— y añadir una suerte de apellido que fue Sapphire en honor a mi joya favorita de todos los tiempos: el topacio zafiro.

Nació así el primer nombre: Sapphire-Alex, nombre que aún tengo en alguna parte (aunque la mayoría están abandonadas).

Más tarde eso evolucionó en un personaje miembro de una especie de raza de nekos —una originalidad del copón, vamos— en el que todos sus miembros tenían el apellido Sapphire a excepción de uno: Lord Sapphire, el jefe de la camada. Como este fue obteniendo más protagonismo que el resto con el paso del tiempo adopté su nombre como nick.

Y aquí me tenéis.

Y aunque mi nombre en FFN haya cambiado y ahora sea Hasan Graffigna, seguiré usando Lord Sapphire en otros lugares ya que es, hoy por hoy, mi firma personal (sí, os juro que firmo como Lord Sapphire).


Mis gustos personales son tan variados que empiezo a plantearme seriamente la teoría de la psicóloga de que tengo personalidad múltiple. Si bien no hay que hacerle mucho caso: estaba empeñada en que tenía asperger, trastorno-obsesivo-compulsivo, bipolaridad, síndrome de Edipo y síndrome de Electra a la vez —cualquiera que sepa un poco de psicología puede ver lo surrealista que es—, hiperactividad, déficit de atención y un sinfín de cosas más. Todo a la vez.


Me encanta la lectura desde que aprendí a leer. No sé exactamente cuándo fue, pero fue temprano. Mientras los otros niños aún estaban aprendiendo a escribir sus nombres yo ya leía mis primeros libros.

Mi género favorito es el de fantasía, gusto acentuado con la edad al mirar a mi alrededor y ver lo aburrida que es la vida de los adultos; sin imaginación, sin esperanza por un futuro distinto, sin mirar debajo de la cama por si hay monstruos —aunque desde que vi Monstruos SA también miro en el armario, aunque de momento sólo he encontrado gays—, nada. Todas estas cosas quedan relegadas en estas edades al arte, único ámbito donde está bien visto que el adulto divague, imagine, cree.

Por ello, necesito alejarme del mundo de los adultos algunas horas diarias. De no ser por los libros de fantasía me habría volado la tapa de los sesos hace mucho tiempo. Ahora a lo máximo que llego es a intentar cortarme las venas con el bote de Tipex® cada vez que oigo un laísmo, loísmo o leísmo. I hate them equally.

Pero llegó un momento en el que meterme en los mundos creados por otros no me bastaba. Necesitaba más. Decidí entonces crear mis propios mundo. Y, tíos, ¡cuesta! Pero da un gustito...

Señorita, me da usted miedo y sin embargo
me encanta...
En música soy demasiado sui generis: no distingo los géneros. En serio, no sé que tiene que ver Lady Gaga con Amaral para que a ambos se les clasifique como pop, por ejemplo. Paso de decir "me gusta el pop", "me gusta el tecno", "me gusta el rap" o "me gusta el triqui triqui triqui, triqui triqui mon amour". No puedo decir "me gusta X género" porque eso implicaría que me gusta TODO lo que salga de ese género. Podría decir que me gusta el pop porque me gustan Lady Gaga, Madonna y Laura Pausini, pero eso implicaría decir que me gustan Justin Bieber y Miley Cyrus. Lo siento, pero no.

En cambio, si que hay géneros que detesto y de los cuales veo imposible que me llegue a gustar algo. El género que encabeza esta lista es el reggueton. Nadie sabe cómo se escribe dado que sus seguidores no saben ni escribir "oigan" correctamente. HOYGAN KOMO L AGO PA SKUXAR REGETON GRASIAS D ANTEVRASO.


Cuando algo me gusta me gusta mucho y corro el riesgo de obsesionarme. Mis últimas obsesiones al momento de escribir esto son Scott Pilgrim (más concretamente Wallace) y las novelas de Terry Pratchett.


No me gusta etiquetarme como miembro de ninguna tribu urbana, ni siquiera la de los frikis, dado que me parece una estupidez de concepto. La gente es como es, punto. No puedes decir "soy gótico" porque todos los góticos no son iguales (y si lo son sospechad imitación supina y falta de personalidad grave).

Soy capaz de jugar a la DS, escuchar
música indie, vestir así y calentar bragas.
Si he de etiquetarme obligatoriamente en una o más tribus, supongo que las que más se me parecen serían las de friki, gótico (los de verdad, no los de pulseras de pinchos), indie y un poco de twink (esto es, niño monoso y shota pero altamente violable. Sí, puedo conseguirlo si quiero). Sin embargo, ninguna de estas "razas" corresponde al cien por ciento con mi forma de ser. O sea, que soy capaz de estar jugando a Pokémon y escuchar a La Casa Azul mientras visto de la guisa que lleva nuestro amigo de la derecha y calentar a una banda de pedófilas en potencias amantes del moe.

Prefiero referirme a mí mismo como el primer, último y único miembro del Leksianismo.


Soy un acérrimo defensor del nudismo como estilo de vida. Un cuerpo desnudo no tiene por qué ser únicamente algo relacionado con el sexo. Estar desnudo te conecta con la naturaleza, con tu espíritu y los elementos.


Actualmente me encuentro en primero de grado de Traducción e Interpretación. Me encantan los idiomas; son mi vida.

El idioma es un reflejo de la cultura y mediante él podemos saber cómo es esa cultura. Por ejemplo, se nos vende siempre que los árabes son una cultura agresiva y machista. Entonces ¿por qué tienen tantas palabras para paz y sólo una palabra para guerra? Y si son machistas, ¿por qué casi todas las palabras que designan conceptos buenos están en femenino? Ahí lo dejo.

A día de hoy estudio cuatro lenguas: castellano (es una lengua a fin de cuentas y hemos de aprender a usarla bien), inglés (ni idea de en qué nivel estaré, pero calculo que al B2 llego sin problemas), italiano (è una lingua che mi piace) y árabe (llevo poco tiempo, así que no esperéis que diga mucho todavía).

En el futuro espero estudiar también japonés (viva el frikismo, sí señor), francés (más que estudiarlo recuperar estos años que llevo sin hablarlo), catalán (tengo la extraña idea de que España debería ser bilingüe en su totalidad y que todos deberíamos saber hablar castellano y catalán) y ruso (¿quién no ha querido nunca?). Esos de momento.


Hasta aquí llega mi presentación. Me he pegado como dos horas escribiéndola y ni siquiera voy por la mitad de lo que pretendía, así que posiblemente añada más a lo largo del tiempo.

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